martes, 15 de septiembre de 2009

Divina Bomba Führer

Folatti con un tiro teledirigido desde 35 metros abrió el score cuando el arco rival empezaba a clausurarse, y Urroz puso cifras definitivas, en el que tal vez haya sido el rendimiento más sólido colectivamente. Gatorei superó así por 2 a 0 a Láser Quest y se mantiene expectante a sólo una unidad de la cima. Adentrate en los detalles de la jornada de sábado, dale, pasá, que acá no te ve tu papito.


No vamos a exagerar, aunque la fiebre gatorense sea cada fin de semana más alta y haya aumentado ostensiblemente luego del último fin de semana, en el que cristalizó la sexta victoria en nueve juegos gracias a un rendimiento que no podría pretenderse más sólido. Los de blanco clausuraron su arco, se repusieron a las salidas por lesión de dos de sus pilares, Tanque Guassardo y Chicho de la Serna, y anularon de la cancha a un rival del que se esperaba mucho más.
La mañana de sábado regalaba un cielo diáfano, sol y la temperatura ideal para jugar. Los chamos de Folatti iban llegando al court 3 de Ciudad y mientras se alistaban, a la espera de Pacce y Bourre, observaban no sin un dejo de temor cómo el rival destinaba minutos y minutos al calentamiento pre competitivo, que hasta incluía un pichicho mordedor de testículos, mientras el canino gatorense formaba opinión en cuanto a mover a los suyos para ocupar el banco de suplencias que miraba de frente al sol se trataba.
El DT acató la bajada de línea de la previa del Blog, tomó nota de que el rival de turno era el peor equipo defensivo de la campaña y lanzó a la cancha el equipo más ofensivo de los formados hasta el momento, colocando al Fino Scheinkestel desde el arranque para acompañar al pichichi Urroz. Así, Ferni Huergo bajaba a la mediacancha, que se completada por su brother Tato, Agus Bourre y Chicho, mientras los cinco de la retaguardia volvían a ser Tarando en la valla y JP Fernández-Tanque Guassardo-Agus Bugna y Mati Pacce en línea defensiva. El DT mandaba un mensaje claro: jugar tranquilo, concentrados y con ánimo colectivo, sin sentir la obligación de ganar. Qué distinto hubiera sido el derrotero de Willy Coria si hubiera nacido 3 décadas más tarde y tuviera al mismísimo Fuhrer de abolengo.
Con la mente liberada de obligaciones, desde el inicio el Gato salió con decisión a avasallar al rival, y cuando no se había jugado ni un minuto, ya Dogo había penetrado con pelota dominada en área rival sin poder chutar a puerta. Jugada seguida, Urroz volvía a apilarse un rosario de rivales y tras sucesivos ambages su aproximación se diluía sin finalizar ni en tiro al arco ni en pase a un compañero. Gatorei dominaba las acciones, su carta delantera mostraba que estaba en una buena jornada, pero no llegaba a traducirlo en goles.

El panorama positivo comenzaba a esmerilarse cuando Guassardo saltó lleno de enjundia (y una doble porción de ravioles) a pelear una pelota aérea y cayó con toda su humanidad (que pesa como toda la humanidad africana, haciendo de cuenta que en África no hubiera desnutrición) sobre su hombro. Luego de una estancia duradera en la gramilla, el full-back debía abandonar la cancha, Tato pasar a la cueva y Nacho Rivero tomar su plaza en el medio. A pesar del cambio, el Gato siguió igual, yendo con la misma agresividad que un CD de Calle 13. Los avances seguían perteneciendo al monopolio Urroz, quien tuvo la más clara: corner lanzado por Ferni desde la esquina izquierda, seguido de cabezazo frontal al arco que se fue rozando (Bambi Rozando) el segundo vertical. Tras la sucesión de oportunidades desperdiciadas, Chicho se lesionó el tobillo y debió salir. Una nueva mala le tocaba superar al Gato, y era el propio DT quien entraba en su reemplazo para jugar lo que a la postre sería su mejor partido de la temporada. Con dos baluartes en la enfermería, Gatorei seguía buscando la apertura del tanteador.
Cuando parecía que el primer tiempo daba los últimos estertores y parecía que se iba sin ver modificado el 0-0 inicial, Aníbal se disfrazó de Unabomber y tras capturar un rebote a 35 metros del arco le pegó de aire con potencia y dirección, y sobre todo con una fe que no lograría ser igualada ni por los fieles que todos los 7 de agosto peregrinan a San Cayetano, pero tomados todos juntos. La ojiva nuclear lanzada por Folatti sobrevoló el cielo universitario unos segundos que duraron una eternidad, y terminó colándose entre el travesaño y el portero, para hacer estallar el festejo de los de blanco.

Al complemento, con Pura FG en lugar de Mati Pacce, Gatorei salió decidido a definir el partido, y pudo haberlo logrado si una buena combinación por derecha entre Ferni (volcado como volante por esa franja desde la salida de Chicho) y Dogo era bien definida por Erni, quien bien atorado por el portero rival no pudo inflar las redes. En una contra, Láser tuvo el empate, en la única llegada del segundo tiempo, pero los de blanco se salvaron mientras miraban cómo el tiro del ariete rival se iba pegado al caño más lejano de Tarando. Con los de amarillo obligados a igualar las acciones, el Gato se recostó un poco en terreno propio, decidido a salir de contra, aprovechando la velocidad de la dupla delantera. Tras combinación ofensiva entre Erni, Folatti y Bourre por izquierda, la pelota llegó mansita a posición de Dogo, quien entró sólo al área, se hizo cargo de los gritos de "hacé un gol Padrino" de Juli y definió con tranquilidad haciendo estéril la resistencia del guardameta. Abultada la diferencia, Gatorei se volvió más compacto, acortó distancia entre sus líneas y manejó el partido a voluntad. Láser buscaba, con más vergüenza que fútbol, pero chocaba sistemáticamente contra la muralla defensiva gatorense que, a pesar de los cambios de nombre que tuvo durante el cotejo y la nueva ausencia sin aviso de Santi Rozas, volvió a ostentar una seguridad incluso superior a la de los sistemas informáticos de la AFA. El Gato volvió a mantener el cero en su propia meta, convirtiéndose así en el equipo con menor promedio de gol recibido de toda la UBA y con un funcionamiento envidiado por el propio D10s que amenazó con una convocatoria en bloque. Por las dudas, Ani Folatti ya advirtió que no cederá ninguno de sus players.

El Gato hasta pudo haber decorado el resultado, en alguno de los varios contra ataques con los que contó, de no ser por la escueta efectividad de alguno de sus players. Mayormente, de lo que se trató, fue de gobernar la ventaja sin sobreexigirse, a partir de la construcción de una amalgama defensiva y ofensiva que parecía inquebrantable. Gatorei supo reponerse a las salidas obligadas por lesión de algunos de sus estandartes, golpeó en los momentos justos (al final de los primeros cuarenta, y al principio de los segundos) y reacomodando piezas erigió un edificio sólido y compacto que fue demasiado para un rival del que queda la duda si era más en los papeles, o si no rindió como se esperaba por la propia capacidad del Gato de molestar y obligar a sus rivales a jugar en peor forma de la habitual.

2 comentarios:

  1. que lindo que es el bamby rossano, lo vi crecer junto a la pluma de este blog.
    wahsin las fotos.
    erni, foto de JULY.
    tati, invicto. se te acaba la racha en el colegio me parece.

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  2. q lindas son las cronicas...no puedo evitar reirme con cada click

    gracias

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