viernes, 29 de mayo de 2009
Nueva Herramienta - TrackVision
jueves, 28 de mayo de 2009
El Gato tiene su Scudetto
miércoles, 27 de mayo de 2009
Fotos - Fecha 2
martes, 26 de mayo de 2009
Tranquila Wanda, Dogo te avisa
En la segunda fecha de la competición Gatorei logró su primera victoria al derrotar por 3 a 1 a Wandanara. Dogo en tres oportunidades infló las redes para dejar al Gato a sólo dos puntos de la cima de la divisional C y dotar de verosimilitud los sueños de ascenso.
Algunos escépticos habían dejado de creer en él. Pensaban que tenía la pólvora babé, que sus grandes actuaciones ya eran, como beijo na boca, cosas del pasado. Una tarde, para alegría de la afición gatorense, Dogo Urroz volvió a despacharse con una performance extraordinaria, de esas que obligan a cualquier escriba a destacarlo en letra de molde. Gracias a sus conquistas, Gatorei sumó de a tres por primera vez en la competición, tiene cuatro sobre seis y se alista en el pelotón que intentará pelear por cosas grandes en el torneo.
La programación del match contra Wandanara en cancha 5 equivalía a promesa de buen juego. La llanura de la gramilla sintética era el escenario ideal para la versión 2009 del Gatorei, que, ruptura epistemológica mediante, hacía de su propuesta la de un fútbol bien jugado, con pelota a ras del piso y más de cinco pases seguidos.
El Gato llegaba a su segunda presentación con la obligación de ganar para no perder terreno en la lucha por el campeonato. Enfrente estaba un equipo con nombre de vedette, que venía de terminar en la zona baja de la tabla del anterior torneo y había comenzado el periplo 2009 con una caída. El panorama era promisorio, la plantilla casi completa (la renovada ausencia de Santi Rozas Garay no permitió lograr la asistencia perfecta) y el tiempo el ideal: solcito que garantizaba buen bronceado para la noche fuerte que seguiría al match.
La vuelta de Tanque Guassardo a la zaga central le permitió al DT Folatti abandonar, en parte, la alineación heterodoxa del match presentación. Tarando, amante del fútbol y la cultura brasileña, volvía a lucir la casaca de Rogerio Ceni en la valla, custodiado por una línea defensiva que alistaba a JP Fernández por destra, Matías Pacce por sinistra, y al regresado Tanque y el mismísimo DT en la zaga central. Tato, que venía de ser figura, abandonaba la cueva para armar, con GAPO Rivero, el doble cinco con más facha de la competición, flanqueados por Chicho de la Serna y Agus Bourre, que amenazaban al canchero de Ciudad Universitaria con dejar sendos surcos por las bandas. Los arietes titulares, Ferni Huergo con sus botines faroleros y el olvidadizo Dogo Urroz.
Como un calco del partido jugado contra Defensores de Agronomía en la iniciación, Gatorei salió con actitud avasalladora a llevarse por delante a su rival. Y volvió a conseguirlo. No sería pecar de exagerado decir que en el primer tiempo los de blanco consiguieron que hubiera o hubiese un solo equipo en la cancha.
Con decir que la historia arrancó favorable al Gato desde antes de que comenzara a rodar la pelota: Guassardo ganó por sorteo que fuera la escuadra rival la que reemplazara su casaca blanca con un juego auxiliar brindado por la organización, y no lavado en semanas, atendiendo al olor cáustico que desprenderían las casacas verdes. Fortuna haría girar la rueda para Gatorei durante toda la mañana.
Los dirigidos por Folatti presentaban una suerte de Línea Maginot, construida con Chicho-Tato-Nacho Rivero-Bourre, que imponía su intensidad para cortar cualquier intento de acercamiento rival y desde allí salir en busca del arco vedettista. Dogo y Ferni se retrasaban unos metros para entrar en asociación constante con los medios, logrando sumar, mas nunca amontonar, a 6 jugadores ofensivos en 20 metros de juego.
El sueño del equipo corto de Folatti se cristalizaba por fin, y el Gato era una usina inagotable de oportunidades de gol para todos los gustos. La más clara al inicio fue de Tato, con un remate de afuera del área que se fue haciéndole cosquillas al travesaño. El repertorio también incluía desbordes de Dogo y Bourre por izquierda, penetraciones de Ferni por el medio de la defensa rival y centros al área en busca de un cabezazo bien dirigido. Pero lo más punzante venía del botín derecho de Chicho, el de mayor despliegue, que tuvo sendas chances, por izquierda y derecha, con jugadas bien autofabricadas pero mal terminadas. Wandanara sólo lograba aproximarse al arco gatorense por imperfecciones propias, generalmente de Tarando, quien dudaba en demasía a la hora de salir, provocando dudas entre él y sus defensas.
Cuando los minutos pasaban y el Gato seguía dominando el juego y las oportunidades de gol, pero crecía la ansiedad por la conquista que no llegaba, Chicho volvió a desbordar, y esta vez, en lugar de buscar el gol, cruzó un centro fuerte y rasante que fue desviado por Dogo para provocar el primer alarido de la mañana. Gato se ponía arriba en el marcado y el sueño comenzaba a tomar forma.
La supremacía en el marcador dotó de mayor confianza a los muchachos de Folatti, que seguían borrando de la cancha a Wandanara, generando chances de gol y jugadas de lujo, como la que regaló Guassardo al deshacerse de tres rivales contra la banda izquierda, en una corrida de cincuenta metros que provocó el estallido de la locura en la platea y el banco de relevos.
Gatorei se iba al descanso arriba por la mínima, luego de cuarenta minutos en donde mereció mínimamente triplicar esa diferencia, contra un Wandanara que pasó momentos de zozobra en todo el PT durante el que mostró su peor cara.
Para el complemento, Folatti presentó un planteo arriesgado al reemplazar al 75% de la defensa y dejar sólo en cancha al Tanque Guassardo. Los hermanos FG ocuparían los laterales y Agus Bugna la zaga central. La cuarta modificación significaba la salida de Ferni por el ingreso del Fino Scheinkestel.
La agregación de variantes, el calor que empezaba a hacer sentir el cansancio y un diferente planteo del rival, hicieron del ST la metamorfosis de un monólogo a un partido de fútbol. Gatorei se retrasó, en parte a causa del adelantamiento de Wandanara, y perdió el protagonismo del cotejo. Ahora se jugaba en terreno gatorense, Guassardo y Bugna se erigían en figuras importantes que despejaban los repetidos acercamientos rivales, y Tarando salvaba al Gatorei con tapadas providenciales, que dejarían en el olvido aquellos minutos de inseguridad del primer tiempo.
Las oportunidades gatorenses llegaban de contra. La primera la manejó Dogo desde la media cancha y prefirió terminarla solo antes que dársela a Scheinkestel o Pura FG; corolario: débil remate a las manos del arquero. Segundos más tarde, la epidemia de egoísmo se extendía: también de contra Scheinkestel capturó el balón en el área, giró sobre su eje y en vez de asistir a Dogo remató a puerta. El gato avisaba que la debilidad defensiva que hacía revolcar a Tarando para mantener la diferencia tenía su contracara. Y afortunadamente iba a volver a cristalizarse en la red.
Perrito Urroz fue tumbado en el área y otra vez se hizo cargo de la pena máxima, esta vez con mejor suerte de la obtenida siete días atrás. El dos a cero parecía definir el partido, pero enseguida llegó el descuento wandanero, con un furibundo tiro libre que pasó por un hueco de la barrera. De ahí hasta el final fue todo sufrimiento. Los de verde no se acercaban con claridad a Tarando, pero sí con mucha gente y decisión, con más enjundia que claridad lograban generar peligro, hasta que a cinco del final volvió a aparecer Dogo para sellar la victoria, nuevamente tras una corrida de Chicho que lo dejó solo frente al cancerbero rival.
El tercero de Dogo disipó la angustia contenida y disparó la celebración de sus compañeros, suplentes y aficionados, no por tenerlo en el Gran DT, sino por lo que significa el regreso a los desempeños más destacados del goleador del Gato.
Con el triunfo, Gatorei se pone a sólo dos de la punta, pero más importante que lo matemático, es que demostró que está para pelear en serio durante todo 2009. La anemia ofensiva de los amistosos y el primer partido oficial fue acallada con un hat-trick que ilusiona. Portador de su mensaje pseudo-evangélico que reza que “hay que creer”, Dogo creyó en sí mismo y pudo sacarse el ropaje de vieja mula para volver a ser un delantero temible. Cuando en la pretemporada la afición se encandilaba con nuevas luminarias, él supo avisar: no se olviden que Doguito es el goleador histórico del Gatorei. El que avisa, no traiciona, y el sábado volvió, para la alegría de todo el pueblo gatorense, salud.
domingo, 24 de mayo de 2009
Sabado 11 AM
viernes, 22 de mayo de 2009
Se va la segunda...
La nota destacada es que Gatorei contará con la vuelta a las canchas de su estandarte defensivo, el Tanque Guassardo, rey del timing y la queja al colegiado, quien luego de una estancia de meses en un centro de rehabilitación del interior de la Provincia de Buenos Aires, perjura estar curado de su adicción a la indisciplina. Ochenta minutos, en caso de completarlos, bastarán para hacerse una idea preliminar de la efectividad del enésimo tratamiento.
El otro dulce para Follati es que podrá disponer del Pura FG, ya recuperado de una fisura de escafoide, sufrida en el primer amistoso de la temporada que lo tiene fuera de las canchas desde principios de marzo y con licencia laboral desde diciembre de 2006. Con el regreso del textil, Gatorei gana en facha y camisas de diseño, expertise en reuniones de trabajo con talleristas y relajamiento mental, componentes vitales para la escuadra.
Gatorei viene de concluir su primer partido del campeonato en tablas. El ping-pong marcó una superioridad en las áreas que no se vio cristalizada en los arcos. Es vital para las aspiraciones gatorenses que se empiece a abrir el arco, y qué mejor que aprovechar la facilidad que al respecto otorga la buena de Wandanara.
Al momento en que las agujas marquen las 10:15 am y LuMore toque el timbre del 11º 85 del portero eléctrico de la finca aledaña a Glamour para comenzar la vida en pareja con el tifoso Pichu Miranda, los convocados por Follati comenzarán el calentamiento pre-competitivo con la ilusión de profundizar las penurias del equipo con nombre de vedette y treparse a la pelea grande por el ascenso a la B de Bourre.
El cuarto poder apoya la campaña de desagravio al goleador histórico del Gatorei para ayudarlo a salir del difícil momento que atraviesa y mociona: SI HAY UN PENAL, LO PATEA DOGO URROZ.
jueves, 21 de mayo de 2009
Gatorai, en defensa de la ciudadania ampliada y el derecho al voto
Hecha la propuesta, no les queda más que votar, a los miembros y aficionados del Gatorei y su blog, cuál de estos cuatro scudettos debe ser la marca registrada de tan galactica escuadra.
Hay tiempo hasta el martes 25 para sufragar
La Redaccion
Nota: hubo un cambio en el formato para evitar confusiones. Sepan disculpar las molestias ocasionadas
miércoles, 20 de mayo de 2009
Fecha 1 - Mas Fotos
martes, 19 de mayo de 2009
lunes, 18 de mayo de 2009
¿Debut Auspicioso? El tiempo lo dirá
Al Gato lo encontraba el debut (mientras, Soli, en la banca a la espera) contra un recién ascendido, uno de esos equipos que, históricamente, resulta de lo más competitivo de la divisional, que logran para su dorsal la negación dialéctica del camino de vida vilipendiado por El Pura: el ansiado “de la D a la C, de la C a la B y de la B a la A”. La plantilla presentaba una renovación de nombres que hace abrigar esperanzas de ascenso al pueblo gatorense. La desvinculación de Yoni Sanz posibilitó la llegada de Agus Bourre, depositario de las esperanzas de toda la afición, gracias a las gestiones MJ Pacce, que siempre estuvo, convencido de la importancia de contar con el rubio polifuncional para las pretensiones de campeonato y ascenso.
La charla de Anibal FF, a.k.a. el Fuhrer Folatti, previa al inicio del match, en tono de desgano, mostraba cómo con su creciente madurez su liderazgo fue virando desde la posición del líder carismático, relacionista público de la noche y organizador de la alegría colectiva gatorense, a este presente, más racional con arreglo a fines. Su “vamos a salir con una formación armada para tapar baches, no era la idea, pero bueno hagamos lo que podamos” no terminó de transmitir gran confianza y optimismo a sus dirigidos, aunque el eléctrico arranque del Gato pareció demostrar lo contrario.
La ausencia de Santi Rozas Garay, comprometido no tanto con la educación pública como con la caza de lolitas infectadas del morbo alumnita–profesor (el diminutivo es fundamental) y la sorpresiva suspensión que Tanque Guassardo arrastraba de la Temporada 08 obligaban a alistar al 11 inicial con algunas innovaciones que no eran un dechado de esperanzas.
Tati Tarando en la valla. Una zaga central inaudita, con Tato Huergo y Anibal FF, mientras JP Fernández por el flanco derecho y el anginoso MJ Pacce, ataviado con cuello de polar, por la izquierda, completaban la línea defensiva. Línea media con Chicho por derecha, Bourre por el centro y Mati FG por zurda (cualquier similitud con su comportamiento ético es pura casualidad), sumándose Ferni haciendo las veces de enlace con la pareja de delanteros: Dogo Urroz y el Fino Scheinkestel.
Desde el ansiado pitazo inicial que hizo rodar la pelota y ahogar el histérico countdown vía e-mail de Ferni, Gatorei impuso su propuesta ofensiva. A partir de la figura de Bourre, amo y señor del mediocampo, y el despliegue de Chicho y Ferni, los de blanco se adueñaban del control del partido y hacían que se jugara a su ritmo.
La superioridad también se hacía notar en las áreas. Ya al minuto de juego, Dogo, como siempre recostado por la izquierda, remató fuerte al primer palo tras un rebote, obligando a la primera buena reacción del cancerbero contrario que despejó por línea de fondo el furibundo latigazo. La platea gatorense y suplentes, mientras bajaban, con unos amargos, los cañoncitos de dulce de leche aportados por el Lobo Estrada, estallaba en los primeros aplausos.
A la salida del saque de esquina, el cuevero Tato capturó la pelota en área contraria y antes de poder patear a puerta fue derribado, obligando al soplido del colegiado. El Perrito Urroz tomó la responsabilidad de la pena máxima y estrelló su disparo en el travesaño. Los fotógrafos apostados detrás del portero volvían cabizbajos a su ubicación lateral, el Pura masticaba la bronca y un pasto y Alvarito que es buenito preguntaba qué había pasado con el tiro desde los once pasos, que se había perdido mientras mandaba un enésimo mensaje de texto. Agus Bugna se preparaba para su retorno oficial a la gramilla de Ciudad para reemplazar a Pacce en el lateral izquierdo y Dogo no volvería a tener, a pesar de la opinión de Miguel Simón, una clara en el resto del partido.
Gatorei siguió dominando toda la primera parte, dando muestras de una fortaleza anímica auspiciosa, doblegando a Defensores de Agronomía en todas las líneas. Asentado en la seguridad de Tarando y su línea defensiva, en especial la solvencia de Tato, que despejaba cualquier peligro, los de blanco imponían su presencia en la búsqueda de los tres puntos no suspensivos.
Lo tuvo Ferni desde afuera del área, pero el grito lo volvió a ahogar el arquero rival. Más tarde, Dogo desbordó hasta el fondo, con la ostensible facilidad que no volvería a encontrar en el resto del partido, generoso, tiró el centro rasante, pero ni Erni ni Chicho pudieron dar el pase a la red.
El complemento contó con el ingreso de Nacho Rivero a posición de 5, con la idea de soltar a Bourre unos metros y armar la dupla delantera con Dogo y Ferni. A la postre este cambio táctico no dio resultado. El rival endureció la marca, propuso un partido más físico, pleno de fricciones, en el que Gatorei no volvió a contar con posibilidades de crear situaciones claras de gol. Ya no se jugaba como proponían los dirigidos por Folatti, sino como lo hacían los agrónomos. Pelota por el aire, choque y empujones. El dominio gatorense continuaba, pero ahora era sólo territorial, como el PJ bonaerense. Algunos disparos aislados desde afuera del área o centros bien descolgados por el portero agronomista era todo el repertorio que tenían los blancos para ganar el match. A quince del final no supieron aprovechar el hombre de más (expulsión de un informe defensa rival por repetición de recriminaciones ante variopintos fallos del colegiado) aunque casi lo ganan con una atolondrada arremetida en área rival de Mati FG. También podría haber sido derrota si en la jugada final Tato, erigido en la figura del partido, no llegaba, certero, a su provisional cruce cuando el ariete rival se preparaba para fusilar a Tarando.El empate deja el pronóstico reservado sobre cuál será la situación del Gatorei en su sexta temporada, quinta en la divisional C. Por lo hecho en el primer tiempo y en la parte del segundo en la cual se contó con superioridad numérica, se superó en todas las dimensiones, menos en el resultado, a un rival a priori difícil, pero que sin embargo no mostró más que una fuerte propuesta física. El camino recién empieza, el torneo es largo y no hay que apurarse en sacar diagnósticos (diferenciales). En sólo dieciocho partidos se sabrá la suerte final, en muchos menos, para qué está esta nueva versión gatorense.