Ficha del Jugador: # 2 Nacho Rivero

En la primera semana invernal toca el turno de repasar la ficha personal de uno de los históricos del Gato. Adentrate en los intersticios menos conocidos de la historia bordolina de Ignacio Pablo Rivero.

Rivero llegó al Gatorei en sus inicios, allá por el lejano 2004, traído de la mano del Pura FG (cuando no era nada Pura, si es que hoy lo es, pero eso será centro de debate en futuras ediciones) pero al poco tiempo tomó peso propio, apoyado en gran parte por ser el portador del culo más grande de la plantilla. No fue su andar solvente, ni su fortaleza en la marca, ni la ubicuidad de su cabezazo, ni mucho menos su tranquilidad natural a la hora de jugar lo que cautivó a Marian para sumarlo a la plantilla. El anzuelo para pescarlo fue, en cambio, la tremenda facha de Rivero y las inolvidables fiestas organizadas en su casa de Güemes con presencia de las primas (con minúscula, no de Las Primas que popularizaron el hit “saca la mano Antonio”).
Además de una cara bonita y un trasero extra large, Rivero se fue constituyendo con el paso de las competiciones, en uno de los mejores players de la formación, llegando a ser reconocido como el MVP de la Temporada 2008.

Llegó para ocupar la mediacancha gatorense, pero gracias a su versatilidad y buen pie también supo desempeñarse, con creces, en puestos defensivos. A pesar de haber sido parte de otros equipos, Rivero siempre mantuvo un compromiso total hacia el Gatorei, al punto de haber llegado a jugar casi la totalidad de los partidos posibles. Nacho también contribuyó al Gatorei desde su rol de representante de jugadores. En momentos de plantilla y vacas flacas, cuando juntar once pantaloncitos se volvía cuesta arriba, siempre aparecía sacándole el jugo a su capital social. Así, supo acercar a grandes valores como el Cuchu, Juani, Charlie y al Dr. Jose, sangre de su misma sangre. Cierto es que no triunfó en su intento más ambicioso: reforzar la valla sumando al cancerbero Gaby Varela quien nunca logró adaptarse al cambio de categoría y, a pesar de haber tenido algunos partidos interesantes, terminó perdiendo el puesto a manos de Tati Tarando, proveniente de las divisiones inferiores.
Por todo lo reseñado, Rivero es un artífice ineludible de la historia gatorense formado en las entrañas mismas de la escuadra y, orgulloso de su pertenencia, jamás podría oponer resistencia si su ojeador le dijera: “Nacho, esto es espectacular, agradeceme por el camino que te traje, no lo podés creer”.