La Coordinación Organizadora del Torneo Abierto de Fútbol ha decidido suspender hasta el 20 de julio las actividades futbolísticas, debido a la pandemia de la otrora gripe porcina, devenida en gripe con nombre de batalla naval, H1N1, en lo que comporta un claro intento por hundir las ilusiones gatorenses.
En un primer momento la organización había barajado la posibilidad de hacer jugar los partidos sin públicos, pero dieron marcha atrás por presiones del Tano Lubenfeld y Pepe Botella Bertero, líderes de la facción más aguerrida de la hinchada gatorense. Desde el Blog, órgano de difusión oficial del Gatorei, manifestamos nuestro repudio a la decisión tomada, y llamamos a las autoridades a reconsiderar la medida.
Si pensamos que una cancha de fútbol promedio de Ciudad Universitaria tiene 70 metros de largo por 30 de ancho, y que en ella se agolpan veintidós jugadores y un señor vestido de negro, violeta, naranja o amarillo con un pito en la mano, llegamos a que cada uno de los protagonistas (incluyendo al árbitro, más no a su pito) se encuentra, a lo largo de dos horas, siendo dueño de 91 metros cuadrados para él solo. En ninguna otra situación de la vida cotidiana una sola persona está tan protegida como en una cancha de fútbol. Así, creemos que ante la pandemia en cuestión, la única solución superadora es reunir a todos los protagonistas en un Bunker. Siendo eso ya imposible, proceder a la suspensión futbolística sólo conseguirá crispar más los nervios de una población muy afín al caos y la anomia.
Aunque Quevedo no quiera, el Gato seguirá engordando sus ilusiones de ascenso. Mientras no haya actividad, deberá ser solamente a través de este humilde medio.
Chicos, que la PORCINA no nos CAGUE todos los fines de semana hasta que vuelva el GATO, leamos el blog, sebemonos a full, publiquemos y preparemonos fisicamente para la vuelta. Vamos GATO todavia!
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