viernes, 18 de diciembre de 2009

¿To B or not to B?

Gatorei desembarca en Ciudad Universitaria en busca de su día B. En el mediodía del sábado está obligado a ganar para consumar el objetivo planteado hace nueve meses.

A cada santo le llega su San Martín y al Gato le llega el día que puede ser el de su consagración. Para ello está obligado a ganarle a Palanca al Piso, equipo ya promovido a la siguiente categoría que todavía abriga una flaca posibilidad de consagrarse campeón.
El partido que en horas definirá la suerte de la temporada gatorense es una especie de tamiz según el cual si se gana se obtiene el objetivo planteado a principios de año y si no se suma de a tres se queda, en cambio, a la puerta del sueño, pero sin poder pasar. Tan parejo campeonato no podía tener una definición menos apasionante, con 4 equipos separados por sólo 2 puntos y todos peleando por la única plaza que queda para jugar en 2010 en la B. Por suerte Gatorei lidera ese final four y sólo depende de su suerte para ver en qué categoría se anota el año próximo.
Analizar todo un año futbolístico por sólo ochenta minutos sería una injusticia, pero negar la centralidad del duelo que en sólo horas concitará la atención de todos, una inocencia imperdonable.
Gatorei hizo una campaña brillante en 2009, con un rush inicial envidiable y racha de victorias al hilo ignotas en su historia, un valle de medianía arrancando el último tercio de la competición, pero despertando justo a tiempo para mantenerse con vida y posibilidades. Mediaron resultados ajenos, inesperados, y de golpe se presenta el partido que condensa en sí toda una temporada.
Por fortuna, el Gato depende sólo del Gato para lograr su comedido, y para ello Folatti contará con casi toda su plantilla (sin considerar a Rivero, que quedara fuera de competición hace varias semanas). Entre las dudas previas, se destaca la recuperación de Chicho de la Serna, uno de los irremplazables en la estructura de Folatti. El púgil podrá estar desde el inicio, asegurándole al Gato un aire con el que Sandro podría vivir cuatro vidas más.
Es una incógnita cómo afrontará el partido Palanca. Si con el (¿lo digo o no lo digo? Mejor sí, total no hablamos del Gato) ascenso en el bolsillo sobrarán el partido, aprovecharán para hacer jugar de ariete central al arquero, si priorizarán quedarse en sus aposentos viendo Barça – Estudiantes o si amanecerán soñando con ser los aguafiestas de la tropa de Folatti.
El ampliado pronostica buen tiempo y con eso se asegurará el Gato una gran concurrencia del otro lado de la línea de cal, que sumada a la que seguramente presente el rival para festejar su logro, haga del partido del sábado una especie de final entre Fort y Escudero en Showmatch, pero sin acusaciones de chocoloca de por medio. Es una promesa que si pasa lo que todos queremos que pase, este blog continuará…

domingo, 13 de diciembre de 2009

jueves, 10 de diciembre de 2009

Fecha 18: Tabla de Posiciones

Fecha 18: Ficha del Partido


La vida para el Gato es un Golazo

Tras una trabajosa victoria conseguida sobre el final el Gato llega a la definición de la divisional con la posibilidad de coronar el año con un ascenso si le gana a Palanca. Con goles de Tato y Dogo y mucho sufrimiento y una ayuda ajena los de Folatti están a la puerta de la B.

Y continuó nomás. El sábado había que ganar, por el honor, para seguir sumando, y porque quién te decía que quizás alguno de arriba se caía. Venía complicada la mano. Palanca jugaba contra Y también morcilla que ya no peleaba por nada, mientras que Kui jugaba con Perdón Fútbol, match que puesto en perspectiva con el anterior jugado contra Defensores de Agronomía se presentaba casi como un trámite. Pero quién te decía… A veces alguno se confía, y va a hacer un trámite y sale sin documento, o quien tenía que hacerle la dispensa no se encuentra presente o dobla fuerte en la ruta 31 y de golpe la historia se le complica.

Kui se desayunó con una derrota inesperada que lo deja atrás del Gato. El 1 a 0 de Perdón Fútbol no estaba incluido ni en la carta a Papá Noel de los más esperanzados gatorenses, pero llegó y hay que aprovecharlo.

Claro que para que todo esto tenga algún sentido (vale recordar que la caída de Kui no se conocía antes de jugar), el Gato debía ganar su partido contra Chacabuco. En la previa al partido se insistía que el enfrentamiento más difícil que quedaba por delante era precisamente contra Chacabuco, equipo que llegaba a la anteúltima fecha con posibilidades de descenso. Ese presagio no era falsa humildad sino convencimiento en que a Gatorei los partidos fáciles en los papeles son los que más le cuestan. Y qué decir en la charla técnica, cuando se veía que el rival sólo paraba diez jugadores. Los fantasmas del empate en cero contra Colgados, que también había presentado una formación dismunida (esa vez de nueve players), sobrevolaban toda la Ciudad Universitaria.

En esa charla, Folatti pedía suma concentración y alzarse como fuera con los tres puntos, en medio de un clima de relajo presuponiendo que el Gato ya no competía por más que el objetivo de sumar puntos y las posibilidades de ascenso eran exiguas. Mientras en las canchas contiguas otros equipos festejaban su promoción de categoría en medio de un festival del chasqui boom que emulaba a la mejor escena de Boogie Nights en la que un chinito se la pasa tirando petardos por doquier, el Gato volvía a parar a Tarando en la valla; JP Fernández, Tanque Guassardo, Tato Huergo, Mati Pacce en la zaga; Anibal FF, Goyo, Bourre y Toni Sanz en la mediacancha y Dogo Urroz y Ferni Huergo en la zona de avanzada.

Aquella orden de Aníbal de cargarse los tres puntos en el bolso comenzaban a hacerse realidad desde el primer minuto del partido. Al ser tumbado Ferni Huergo en el área, el colegiado pitó la pena máxima y su hermano (el de Ferni, no el del colegiado) transformó por gol. Pero prontamente el Gato se desinfló, en un mix de desgano por sentir que no se competía ya por mucho y por la ansiedad en la que caí por saberse con dos jugadores de más en terreno. De todas maneras, los errores rivales dejaron varias veces a los delanteros blancos con posibilidades de ampliar la diferencia.

La mañana del sábado pedía fosfovita para contrarrestar el desgano, rivotril para superar la ansiedad y un poco de puntería para aprovechar los regalos ajenos. Así, Ferni desperdició un mano a mano tras un pase exquisito de Dogo, el cancerbero le ahogó el grito de gol a Folatti tras un mano a mano, el mismo Dogo le dejó un chichón al palo izquierdo tras definir con pie ídem y encima cuando la pelota se dignaba a besar las redes (Dogo tras asistencia de testa del movedizo Ferni) el árbitro, encantado en hacer sonar su silbato, anulaba las acciones.

Por su parte, al Gato tampoco le faltaban los desacoples defensivos, que tornaban muy inestable el marcador. En el primer tiempo un obeso ariete tuvo la chance del empate (negada por el vertical derecho), y en el inicio del complemento los de azul consiguieron poner tablas al score, luego de que un pelotazo largo sobrara a toda la defensa y dejara en ridículo la salida de Tarando.
Si había ansiedad con el 1x0, imaginen ustedes lo que fue el Gato con la igualación del partido. Lanzado decididamente al ataque, con Tanque haciendo las veces de 9, eran tantas las posibilidades que se creaban y se desperdiciaban que las que se le daban al rival, producto de los huecos que se dejaban atrás.

El Fino Scheinkestel, reemplazante de Ferni Huergo, tuvo dos claras impedidas por el arquero rival. Una tras amortiguación de Bourre (ya corrido al carril derecho para buscar más verticalidad) y otra tras una serie de rebotes en el área, sendas definiciones bien desviadas al corner por el buen portero chacabuco.

El paso de los minutos y la invariabilidad del tanteador llenaban de fastidio a toda la plantilla gatorense, que veía cómo nuevamente se escapaban puntos insólitos ante rivales disminuidos (a esa altura ya contaba con nueve jugadores, producto de la lesión de uno).

Y de repente, no llegó Tito, sino Dogo, que está decididamente de vuelta. A sólo cinco del final, capturó la número cinco en la medialuna del área y de media vuelta la puso pegada al caño izquierdo del arquero, que se estiró pero no pudo llegar.

Con la ventaja llegó el final, sólo mediado por otro gol anulado por el colegiado (a Tato, tras falta de Agus Bugna en el área), y llegó la locura cuando en la oficina de deportes se actualizaban los resultados y se comunicaba la derrota de Kui, que Gatorei está tercero (sí, tercero) con sólo un partido contra jugar (el ya ascendido Palanca al piso) y que depende sólo del Gato. Así que más que nunca, quién te dice.

Continuará…

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Hay que Creer!

Fecha 17: Ficha del Partido


Cueste lo que cueste (con la Celeste) - 1° edición

Obligado a ganar el Gato se impuso en la mañana del sábado por 1 a 0 a Confite gracias al gol de Bourre, que custodió como su tesoro. La victoria lo dejaba aún con chances, mínimas pero con chances al fin. Lo que sigue, el primer capítulo de las 96 horas más apasionantes de definición de un ascenso.

Había que creer, se creyó y los hados retribuyeron esa creencia. Con sólo nueve puntos por jugar y tras una inesperada derrota entre semana del verdiblanco Cual Eus, la geopolítica de la divisional marcaba que el Gato peleaba el ascenso contra su propia pericia y la necesidad de resultados ajenos. Cinco días atrás dependía de que o Palanca al Piso o Deportivo Kui perdieran puntos. Dos o tres, respectivamente, confiando en ganar todo y no ser superado ni igualado en puntos, ya que la exigua diferencia de gol gatorense obligaba a los chamos de Folatti no sólo a alcanzar sino a pasar a los caballos de adelante. Así, la máxima de Palermo Rosa que dice que caballo que alcanza quiere pasar, no se cumplía en este caso. Acá se trataba de pasar directamente a los rivales próximos.
Debajo, otros conjuntos pisaban los talones gatorenses, pero como dijo un preclaro, si se pensaba en los de abajo no se podía ser tan desvergonzado de pretender ascender. No se pensó, entonces, más que en los de arriba y en el Gato, y la jugada dejó un saldo positivo.
La fecha del sábado 5 de diciembre se vislumbraba como la más favorable a los efectos de la pérdida de puntos ajenos, con Palanca enfrentando al siempre complicado Bambis Boys y el Deportivo Kui chocando contra los defensores de la patria sojera agrónoma. Pero para que encontrar la paja en el ojo ajeno fuera redituable, había una necesidad imperiosa de ganar el compromiso contra Confite.
Como contra Y también morcilla, el partido se jugó bajo un telón de lluvia pertinaz que si bien aportaba a lo que podría llegar a ser el decorado épico de una escalada histórica, ponía palos a la rueda del progreso futbolístico del Gato. La ausencia inesperada de Tarando en la mañana del sábado obligó a Folatti a alistar a Ferni Huergo en la valla; JP Fernández, Tanque Guassardo, Tato Huergo y Matías Pacce; Chicho de la Serna, Agus Bourre, Goyo, Toni; Anibal FF y Dogo Urroz. Por la sintonía en el diseño de la indumentaria de Gatorei con su rival, obligó a los primeros a usar un juego de casacas suplementarias, de color celeste, y a cada cual a portar dorsales distintos a los acostumbrados, lo que provocaba desconcierto en algunos players al oir al colegiado gritar “habilita el 8” o “esta es para usted, 13” (en alusión a una cartulina amarilla que al principio parecía un homenaje al cuarteto obrero de Yayo).
Desde el inicio el Gato se paró en terreno rival, decidido a llevarse los tres puntos que alargaran su vida en el torneo. Con Goyo-Bourre como el eje central desde donde se desplegaba el fútbol y con la verticalidad de los volantes laterales, los de celeste buscaban el arco rival. Así lo hizo Chicho, quien tras picar a fondo entrando por la destra del área rival definió apenas por arriba del travesaño. En esa jugada volvió a sentir un pinchazo en el isquiotibial, como un piedrazo, y como no había ni palestinos ni hinchas de Platense cerca, se concluyó que se había resentido de una lesión y su lugar fue ocupado por Santi Rozas.
Antes de que el Gato pudiera comenzar a desesperarse por el marcador (hacemos referencia al score del match, no a la caja de 18 Faber Castell) llegó la apertura, gracias a la zurda loca de Bourre. Un cruzamento lanzado desde la derecha cayó justo en el punto penal, capturado por el blondo mediocampista, que definió con precisión antes de la reacción del golero.
El Gato era claramente más. Confite intentaba llevar peligro a la valla defendida por Ferni, pero o no sabía bien cómo hacerlo o sus intentos eran detonados por el tándem central Huergo-Guassardo.
En el complemento, la tesitura del match se tornando cada vez más mezquina. Mientras el terreno no permitía desplegar el mejor juego gatorense, psicológicamente se pensaba más en defender la exigua ventaja que intentar aumentarla. Los nervios y la ansiedad no se hacían presentes, y así el Gato, salvo cuando el esférico pasaba por los pies de Goyo y Bourre, en lugar de defenderse con la pelota se retrasaba en el terreno. El fantasma de Indio Bob, por fortuna, no volvió a apersonarse, y Gatorei pudo mantener la diferencia a favor, luego de sufrir con varios remates de afuera de su rival, uno de los cuales se estrelló en el horizontal de Ferni.
El 1x0 a favor quedaba ahora opacado por los triunfos de Palanca y Deportivo Kui. Las chances de ascenso se angostaban. Pero había que creer.

Continuará…

viernes, 4 de diciembre de 2009

Sin margen de error

Gatorei sale a jugarse un año de trabajo para lograr el objetivo. La trilogía final arranca el sábado desde las 10:30 contra Confite, con los gatorenses obligados a sumar de a 3 para seguir con aire en la agonía del torneo.

El torneo y el año calendario van llegando a su final y todavía no hay una definición. La paridad característica de la edición 2009 marca que siete equipos se disputan las tres plazas que catapultan a la categoría B. Entre ellos, Gatorei se encuentra circunstancialmente en cuarta posición, es decir, ni yanqui, ni marxista ni peronista.
Luego del empate agónico que Indio Bob le asestara el pasado sábado, el Gato se halla sin posibilidad de perder más puntos, prácticamente obligado a ganar los nueve puntos que quedan en juego.
El Gato se encuentra agazapado a la espera de que alguno de los de más arriba pierda algún punto en lo que resta del año para cristalizar el sueño de ascenso. Mientras sus players practican la danza del F5 para observar actualizaciones de resultados ajenos, no deben olvidar que lo que cuenta en esta parte no es observar la paja en el ojo ajeno sino sumar lo que queda y ver cómo se van posicionando. Que los competidores no pierdan puntos en lo que resta es un portento, por eso la consigna es concentrarse en el juego gatorense, tomar el toro por las astas y poner todo para sumar 9 de 9.
Los primero tres se ponen en disputa en la cancha ídem, este sábado a las 10:30 y contra Confite FC, un duro equipo de tradición en la categoría, que arrancó el año para comerse a los chicos crudos y parece terminarlo con una inapetencia dolosa. A fines de septiembre estaba en la cima de la tabla y en sólo seis semanas ha pasado a ocupar el primer subsuelo.
Ganar el sábado es fundamental de cara a lo que se viene, ¿y qué se viene? A no apurarse, lo que se venga sólo importará en función de lo que se haga este sábado, cuando Folatti termine de despejar las dudas que todo entrenador quiere tener y pare el once inicial y piense los recambios que salgan a buscar la primera parte de la gloria.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Fecha 16: Tabla de Posiciones


Fecha 16: Ficha del Partido


A seguir remándola

Con todo preparado para empezar la fiesta y cargar 24 en el inflador anímico, el Gatorei debió contentarse con sólo un punto. Un error arbitral sentenció un 2-2 final que deja un sinsabor relativo y achica, pero no cancela, las posibilidades de ascenso.
¿Puede cambiar tanto la suerte en sólo cuatro días? Lo que el martes contra Fidel había sido pura fortuna, con la moneda cayendo a favor del Gato significando una victoria en el tiempo recuperado, el sábado trocó en que fortuna no girase a favor y el tiro del final beneficie a su rival.Para colmo de males, esa mala fortuna vino de la mano de un fallo arbitral fallado de origen, ya que el penal señalado en el segundo minuto adicionado del complemento sólo existió en el deseo de los jugadores de Indio Bob y lamentablemente sobre todo en la imaginación del colegiado.
El sabor que deja el partido del sábado jugado en la cancha 1 universitaria varía a cada minuto desde el momento en que aquel llegó al final. El 2-2 estampado en el score fue leído en lo que va de la semana en un continuo que va desde la señal de que el Gato está intacto para pugnar por el ascenso hasta la sensación de que las tablas contra los de rojo marcan el fin de la ilusión.
Esa varianza en el diagnóstico surge de la combinación de distintos factores, como ser cómo llegaban los dirigidos por Folatti, del propio desarrollo del partido y de los demás resultados.
Luego de haber sudado la gota fría contra Fidel, la recuperación gatorense era un hecho, tanto en lo anímico como en lo futbolístico. Con ese match en la mente, Folatti mantuvo en la formación inicial para el compromiso del sábado a quien fuera la clave del partido entre semana, así, Chicho de la Serna volvía a sorprender desde el inicio como volante por izquierda, con Ferni por la otra banda y Dogo Urroz y el mismo DT como arietes. Tarando volvía a la valla gatorense, custodiado por una línea defensiva formada por JP Fernández, Tato Huergo, Agus Bugna y Matías Pacce; mientras que Yoni Sanz y Agus Bourre cumplían en repartirse la mediacancha.
Desde el inicio Indio Bob impuso su ritmo al partido, y con mucho despliegue y buen juego buscaba constantemente el triunfo en un terreno de juego en el que costaba hacer pie. Más despierto que su rival, los de rojo comenzaron a recolectar situaciones de gol, no muy claras por cierto. El Gato, por su parte, recogía el guante y respondía con una linda combinación entre sus clavijas ofensivas que terminó con un casi gol de Folatti.
Después de una serie de llegadas, Indio Bob abrió el marcador, tras aprovechar sucesivamente un desajuste defensivo y un rebote certero. El 0-1 volvía a poner a los de blanco en la obligación de arrancar desde atrás para alzarse con putos. Ante el golpe recibido, salió decidido a igualar las acciones, e inclinó la cancha, con juego y voluntad.
Para colmo de males, a la brevedad Chicho sintió un pinchazo en el isquiotibial izquierdo (o derecho, lo mismo da), y como no estaba en un laboratorio de diagnóstico haciéndose una extracción sino en una cancha de fútbol, la seña fue entendida como posible desgarro, debiendo abandonar el terreno de juego. Ani pasaba a ocupar su posición, y el Fino Scheinkestel a pararse al lado del goleador del Gato.
Los de blanco iban con entusiasmo a tratar de emparejar el juego y, sin poder concretarlo en claras oportunidades de gol, el empate terminó llegando del pie derecho de Bourre, quien conectó un centro lanzado desde media cancha.
Ya en el complemento, Gatorei comenzó a quedarse sin piernas (tal vez sintiendo los dos partidos en 96 horas), en una cancha extremadamente pesada para el juego, donde contaba con más gente preparada para salir, por su condición física que relevos disponibles. La forma de solventar esto venía de la mano de Bourre y Sanz, que se redoblaban en la mediacancha para tapar agujeros y ofensivamente para llevar peligro al arco de enfrente. A los quince, y tras recibir de Ferni pisando el flanco derecho del área, Dogo dejó en el camino al último defensa con una finta y definió de zurda para el 2 a 1.
Arriba en el marcador, todo el peso del partido recayó en Indio Bob, que con el correr de los minutos fue a buscar la igualdad cada vez con más enjundia. Pero en cada avance se encontraba con el cerrojo defensivo (que a veces encontraba a alguno de la dupla delantera cooperando en la destrucción del avance rival) y terminaban obligados a rematar desde afuera, siempre bombas teledirigidas que pasaban rozando los verticales.
Sólo cuando alguien preguntó cuánto faltaba y el colegiado respondió “diez minutos”, el Gato logró entender que la mejor forma de defenderse era romper el monopolio rival, pero en vez de enviar una ley de medios al Congreso, lo hizo con la posesión del balón. Cinco minutos duró ese intento, en el que la pelota permanecía, segura, en pies gatorenses, paseándose de destra a sinistra.
Claro que el rival también jugaba y obligado a sumar puntos para no quedar fuera de la competición se lanzaba al ataque a matar o morir, y sumaba claras chances de gol (rebote en el caño derecho tras tiro libre cruzado, un mano a mano delantero rival-red que no pudo conectar solo con el arco desguarecido, sucesivas tapadas de Tarando, la figura de la mañana junto a Bourre).
Cuando la escena se iba completando en felicidad total, y Ferni Huergo y Chicho cantaban desde el otro lado de la raya de cal, llegó la daga al corazón en forma de pitido del árbitro y señal al punto penal, con el desarrollo consabido.
En términos generales, el 2-2 resulta beneficioso para el Gatorei si se analiza que en 80 minutos sólo hilvanó tres situaciones de gol mientras que su rival monopolizó la posesión del balón, erigió al cancerbero Tarando en figura matinal y a los postes en sus mejores aliados. Pero qué sentido tiene bañarse en ese exceso de racionalidad cuando se empató un partido que ya estaba ganado y se perdieron dos puntos en el tiro del final por un craso error arbitral.
Tal vez deba tratarse de conseguir la tranquilidad, y entender que quedan 3 partidos por jugar y si bien algunos rivales directos se despegaron un poco tras la jornada del sábado, las posibilidades matemáticas siguen intactas, en un torneo que se caracterizó fundamentalmente por lo parejo, en el que cualquiera puede perder puntos con cualquiera, y quién te dice…