Obligado a ganar el Gato se impuso en la mañana del sábado por 1 a 0 a Confite gracias al gol de Bourre, que custodió como su tesoro. La victoria lo dejaba aún con chances, mínimas pero con chances al fin. Lo que sigue, el primer capítulo de las 96 horas más apasionantes de definición de un ascenso.
Había que creer, se creyó y los hados retribuyeron esa creencia. Con sólo nueve puntos por jugar y tras una inesperada derrota entre semana del verdiblanco Cual Eus, la geopolítica de la divisional marcaba que el Gato peleaba el ascenso contra su propia pericia y la necesidad de resultados ajenos. Cinco días atrás dependía de que o Palanca al Piso o Deportivo Kui perdieran puntos. Dos o tres, respectivamente, confiando en ganar todo y no ser superado ni igualado en puntos, ya que la exigua diferencia de gol gatorense obligaba a los chamos de Folatti no sólo a alcanzar sino a pasar a los caballos de adelante. Así, la máxima de Palermo Rosa que dice que caballo que alcanza quiere pasar, no se cumplía en este caso. Acá se trataba de pasar directamente a los rivales próximos.
Debajo, otros conjuntos pisaban los talones gatorenses, pero como dijo un preclaro, si se pensaba en los de abajo no se podía ser tan desvergonzado de pretender ascender. No se pensó, entonces, más que en los de arriba y en el Gato, y la jugada dejó un saldo positivo.
La fecha del sábado 5 de diciembre se vislumbraba como la más favorable a los efectos de la pérdida de puntos ajenos, con Palanca enfrentando al siempre complicado Bambis Boys y el Deportivo Kui chocando contra los defensores de la patria sojera agrónoma. Pero para que encontrar la paja en el ojo ajeno fuera redituable, había una necesidad imperiosa de ganar el compromiso contra Confite.
Como contra Y también morcilla, el partido se jugó bajo un telón de lluvia pertinaz que si bien aportaba a lo que podría llegar a ser el decorado épico de una escalada histórica, ponía palos a la rueda del progreso futbolístico del Gato. La ausencia inesperada de Tarando en la mañana del sábado obligó a Folatti a alistar a Ferni Huergo en la valla; JP Fernández, Tanque Guassardo, Tato Huergo y Matías Pacce; Chicho de la Serna, Agus Bourre, Goyo, Toni; Anibal FF y Dogo Urroz. Por la sintonía en el diseño de la indumentaria de Gatorei con su rival, obligó a los primeros a usar un juego de casacas suplementarias, de color celeste, y a cada cual a portar dorsales distintos a los acostumbrados, lo que provocaba desconcierto en algunos players al oir al colegiado gritar “habilita el 8” o “esta es para usted, 13” (en alusión a una cartulina amarilla que al principio parecía un homenaje al cuarteto obrero de Yayo).
Desde el inicio el Gato se paró en terreno rival, decidido a llevarse los tres puntos que alargaran su vida en el torneo. Con Goyo-Bourre como el eje central desde donde se desplegaba el fútbol y con la verticalidad de los volantes laterales, los de celeste buscaban el arco rival. Así lo hizo Chicho, quien tras picar a fondo entrando por la destra del área rival definió apenas por arriba del travesaño. En esa jugada volvió a sentir un pinchazo en el isquiotibial, como un piedrazo, y como no había ni palestinos ni hinchas de Platense cerca, se concluyó que se había resentido de una lesión y su lugar fue ocupado por Santi Rozas.
Antes de que el Gato pudiera comenzar a desesperarse por el marcador (hacemos referencia al score del match, no a la caja de 18 Faber Castell) llegó la apertura, gracias a la zurda loca de Bourre. Un cruzamento lanzado desde la derecha cayó justo en el punto penal, capturado por el blondo mediocampista, que definió con precisión antes de la reacción del golero.
El Gato era claramente más. Confite intentaba llevar peligro a la valla defendida por Ferni, pero o no sabía bien cómo hacerlo o sus intentos eran detonados por el tándem central Huergo-Guassardo.
En el complemento, la tesitura del match se tornando cada vez más mezquina. Mientras el terreno no permitía desplegar el mejor juego gatorense, psicológicamente se pensaba más en defender la exigua ventaja que intentar aumentarla. Los nervios y la ansiedad no se hacían presentes, y así el Gato, salvo cuando el esférico pasaba por los pies de Goyo y Bourre, en lugar de defenderse con la pelota se retrasaba en el terreno. El fantasma de Indio Bob, por fortuna, no volvió a apersonarse, y Gatorei pudo mantener la diferencia a favor, luego de sufrir con varios remates de afuera de su rival, uno de los cuales se estrelló en el horizontal de Ferni.
El 1x0 a favor quedaba ahora opacado por los triunfos de Palanca y Deportivo Kui. Las chances de ascenso se angostaban. Pero había que creer.
Continuará…
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Gato, SOS LINDO.
ResponderEliminarExistis para dar alegrías.