Gatorei dejó pasar otra chance. Y van…No jugó bien pero lo ganaba por intermedio de Chicho. En una jugada aislada, se lo empataron de penal. Mientras, la paridad propia de la competición y el colchón de puntos conseguido en los partidos precedentes dejan a los de blanco con posibilidades intactas de ascenso tras el 1-1 contra Y También Morcilla.
Estaba todo dado para constituir una película épica. O quizás no todo, pero sí dos ingredientes fundamentales. La ventaja en el marcador tras una sensacional combinación entre el Huergo menor, Dogo Urroz y Chicho, que definió con sapiencia y tranquilidad, conseguida bajo el telón de lluvia que tornaba leonino desempeñarse con ductilidad en la cancha 3 Universitaria hacían de un compromiso futbolístico una escena más bien digna de una película tipo Braveheart. Pero de golpe se hicieron las doce, la carroza e convirtió en calabaza y lo que eran tres puntos y casi la punta se convirtió en un empate desabrido que deja la obligación de seguir luchando, entre los de arriba, pero desde atrás.
Si todo se definiera bajo una lógica binaria, el juego del Gato del sábado caería en el cajón del rendimiento negativo. Por suerte la cosa suele ser un poco más compleja, y pueden rescatarse veinte minutos de plena funcionalidad y dominio sobre el rival. Esos veinte, los primeros del segundo tiempo, en los que los de blanco mandaban a su rival el mensaje de que no de casualidad estaban peleando la punta y no estaban mojándose bajo el vil temporal por un interés de hidratación capilar. Esos veinte minutos, lástima, fueron una isla en la totalidad del encuentro.
Con la ausencia de Folatti desde el banco gatorense, quien se encontraba tributando fidelidad a la virgencita salteña, Dogo Urroz tomó la posición de médium entre el líder natural del grupo y su plantilla, que contó con el regreso del tiempista Guassardo, ya recuperado para el resto del año, y el eléctrico Ferni Huergo, que bajo el agua de Ciudad hizo cortocircuito y se resintió de una lesión, y el debut del mito Goyo.
Alineado con Tarando en la portería; JP Fernández, Tanque Guassardo, Agus Bugna y Mati Pacce en la zaga; Chicho de la Serna, Tato Huergo, Goyo y Bourre en la mediacancha y Dogo Urroz y Erni Scheinkestel en la delantera, el Gato hizo agua (más de la que ya había) durante toda la primera etapa. Si bien el rival no hizo gala del fútbol total, sí dominó la pelota y las acciones de corrido. Los de blanco tuvieron una sola chance clara, virtual, que fue desmantelada por un manotazo del full-back cuando Dogo, tras preciso pase amortiguado de Erni, se iba solo contra el cancerbero. El resto del tiempo, Gatorei le imprimía una excesiva verticalidad al ataque, cuyos avances terminaban en pelotazos a espaldas de los defensores, que picaban y salían despedidos por la velocidad del terreno. Se le podría echar la culpa a la cancha y al tiempo y decir que no se podía jugar, pero sería sólo una media verdad, porque Morcilla, sin muchas luces pero con tranquilidad y criterio, intentó hacerlo y lo logró por varios pasajes, que lo depositaban repetidas veces en campo rival, y obligaban a algunas buenas reacciones de Tarando.
Realizado este diagnóstico en el mismo entretiempo del cotejo, Dogo movió el banco de relevos y le dio fútbol a Ferni Huergo (en lugar de Erni) y a Nacho Rivero, que entró por un Goyo que volvía al fútbol después de largo tiempo de inactividad y sólo pudo regalar una mínima proporción de su potencial.
La entrada de Rivero le dio mayor serenidad al mediocampo, contraste fundamental para hacer redituable el tremendo despliegue mostrado por Chicho de la Serna. En un planteo en el que en todos los tiros son verticales, Chicho, que volvió a ser una de las figuras, no rinde, porque su verticalidad no puede ser aprovechada. En un planteo como el del comienzo del segundo tiempo, en el que uno intenta frenar los tiempos, el arranque vertiginoso (de Chicho, de Bourre, de Ferni, de quién sea) deja mareado al rival. Y así es como llegó la apertura del marcador, con una definición deliciosa del púgil de casco.
La ventaja duró sólo quince minutos, pero la mala suerte ya se adivinaba cuando en un choque aislado, Ferni, vital para quebrar la línea defensiva rival, se resintió de una molestia y tuvo que abandonar la cancha. En una contra, Morcilla encontró un penal (típica jugada de cancha mojada y rápida en la que el ariete le engancha al defensor y este se queda con la gamba anclada al suelo) y un merecido empate. Con las tablas, el Gato se pinchó, y lo fue a buscar más desde las decisiones tácticas (salió Pacce por Goyo y quedó parado con línea de 3, que descompensó más en defensa de lo que redituó en ataque) que desde las posibilidades concretas (sólo una tuvo para ganarlo, otra vez con Chicho, en una jugada casi calcada al primer gol), pero pudo perderlo, de no haber mediado, una vez más, una gran tarde de Tarando.
El final fue un anodino empate en uno, con el sinsabor de ver que una vez más el Gato estuvo lejos de lo que puede rendir. Claro que no se trata de desesperarse, sino de poner estos últimos juegos en perspectiva. El punto conseguido en seis disputados representa sólo un bajón momentáneo en una campaña admirable.
Con el retorno de Folatti al timón gatorense, llegan los seis partidos finales, la mayoría contra rivales directos en la lucha por la elevación. Gatorei nunca ganó campeonatos caminando (en realidad, nunca ganó campeonatos…pero el concepto se entiende), así que se trata de lucharla hasta el final para que el webmaster de www.deportes.uba.ar se vea en la obligación de actualizar la lista de equipos de la B con la foto gatorense.
Ahora que se pone lindo, vamos a levantar.
ResponderEliminarvamos Gato.
Intactos.
Dogo.
Tarando fue figura tb cheee!
ResponderEliminarVAMOS GATOOOO! :)
tarandito
Empatamos, sumamos un puntito, no es el mejor resultado pero es bueno. Ganemos el proximo y listo.
ResponderEliminarTato
huevo gato!
ResponderEliminartarandito firuga tambien che!
abrazoooooo
GATO A LA B!